Léase Lucas 13.6-9
Él entonces, respondiendo, le dijo: «Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella y la abone».
–Lucas 13.8 (RVR)
En una ocasión alguien me dio unos vegetales cultivados en casa. Cuando le di las gracias a quienes me los regalaron, les pregunté por el secreto para que fueran tan buenos. Me dijeron que la temperatura fue tal como se necesitaba y la lluvia había caído a tiempo. Buena parte de lo que permitió que los vegetales fueran tan buenos estaba fuera de su control.
A diferencia del cultivo de vegetales, buena parte de nuestra vida espiritual depende de nosotros. Nosotros somos los que decidimos cuál será nuestra actitud, nuestras disciplinas, y nuestro deseo de crecer. Así que trato de examinarme a mi mismo periódicamente. ¿Confío en Dios? Examino mis prácticas espirituales: la oración, la lectura de la Biblia, la adoración, la comunión, el hacer todo el bien que pueda, evitar todo el mal que pueda. ¿Busco consejo espiritual? Examino mi deseo de crecer: ¿Amo a Dios y deseo la comunión con Él sobre todas las cosas?
Quiero dar un fruto excelente en el reino de Dios, pero sé que no debo dejarlo al azar. Soy responsable de este proceso.
Autor
Sr. Bradford Reeves (Texas, EUA)
Pensamiento para el día
Somos socios de Dios en el negocio de dar fruto.
Oración
Amado Dios, ayúdanos a alimentar nuestras almas con los medios de gracia que nos ofreces. Por Jesús. Amén.
Oremos por
Por quienes luchan por crecer en la gracia.

Fuente:

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